Australia inicia una evacuación masiva ante el avance del fuego

Las condiciones se agravan con altas temperaturas y vientos del desierto

Mientras Australia y Nueva Zelanda se medían en el estadio de críquet de Sydney, el fuego seguía impactando contra la costa sureste. Los incendios ya se han cobrado 21 vidas humanas, diez esta semana y, según el profesor de la Universidad de Sydney Chris Dickman, el fuego podría haber aniquilado más de 480 millones de animales.

Millares de quilómetros cuadrados de la costa de Nueva Gales del Sur y Victoria han sido evacuados desde el jueves. Hay comunidades aisladas sin telefonía móvil, el carburante es escaso en algunos puntos y los camiones de suministros no pueden reponer las estanterías de los supermercados. En Mallacoota, un pequeño pueblo costero convertido en residencia vacacional, la Royal Navy ha rescatado a un millar de personas de las 4.000 que el lunes quedaron acorraladas por el fuego. Ahora navegan en un viaje de 17 horas por el mar de Tasmania hacia el este de Melbourne pero todavía queda por resolver qué pasará con los que no embarcaron.

Los incendios amenazan ahora las cordilleras y bosques que rodean Canberra, en el estado de Nueva Gales del Sur. Más de 2.000 bomberos –muchos voluntarios- están desplegados en 137 fuegos, 60 de ellos sin control. En Victoria, East Gippsland empieza a parecer un escenario de guerra. El calor y las llamaradas han arrasado pueblos enteros, dónde con suerte se reconocen los esqueletos de casas y automóviles. 28 personas siguen desparecidas y el viernes el Gobierno reconoció que el 3,5% del Estado está afectada por el fuego.

Este sábado será el segundo día del estado de emergencia en estos dos estados, dónde está totalmente prohibido hacer fuego. Las condiciones serán extremas con vientos cálidos y rachas superiores a los 80 kilómetros por hora provenientes del desierto, con temperaturas que alcanzaran los 40 grados.

Los servicios de emergencia han pedido la evacuación de 14.000 quilómetros cuadrados. Sólo en Nueva Gales del Sur se han quemado 1.365 hogares, 449 en lo que va de 2020.

La autopista nacional A-1 entre Perth y Adelaida está cortada por el alto riesgo de incendios en la zona sur de Australia del Oeste. En Norseman, 700 kilómetros al sur de Perth, unos 140 bomberos luchan contra ocho frentes de fuego en condiciones extremas por las altas temperaturas. En el sur, las autoridades de Australia Meridional luchan contra la devastación de la tercera isla más grande del país, Kangaroo Island, dónde el fuego ha consumido más de 1.500 hectáreas. En total, el fuego ha devorado unos cinco millones de hectáreas.

La situación es más que crítica. Los bomberos están exhaustos de luchar contra las llamas en un temporada que empezó a finales de noviembre. El excomisionado de fuego y rescate Greg Mullins reconocía estar en “shock” ante lo que está sucediendo. “Tenemos que hablar de crisis climática, la situación de los incendios en Australia ha cambiado para siempre” afirmó un hombre que ha luchado contra el fuego durante 47 años.

Las previsiones no son buenas. El Buró de Meteorología ha publicado las series de predicciones de este año y en los tres primeros meses del año Queensland, Nueva Gales del Sur, el norte de Victoria y el Territorio del Norte experimentarán máximas superiores a las habituales.

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